Uno de los esfuerzos constantes de las sociedades actuales debe ser el de mejorar la salud de la población y garantizar un acceso a la atención sanitaria cuando se requiera sin que ésta ponga en riesgo financiero a las personas usuarias. Esto significa perfeccionar las estrategias de prevención y promoción de la salud desde los distintos ámbitos en los que las personas se desenvuelven -el trabajo, la escuela, el espacio público, el hogar-, así como la inversión en infraestructura, tecnología, recursos humanos y otros elementos que permitan un correcto funcionamiento del sistema.
Mariela Sánchez-Belmont