En la agenda internacional, las implicaciones de la amenaza del cambio climático en la salud se han puesto de relieve de manera cada vez más notoria. Como lo confirman los informes The Lancet Countdown sobre salud y cambio climático para América Latina, y la Síntesis del Sexto Informe del Grupo o Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, hace falta reafirmar la urgencia de realizar profundos cambios. 

El cambio climático es la mayor amenaza para la vida. La salud es y será afectada por los cambios del clima a través de impactos directos (olas de calor, sequías, tormentas, deshielo de glaciares, aumento del nivel del mar, entre otros) e impactos indirectos (enfermedades de las vías respiratorias y las transmitidas por vectores, inseguridad alimentaria y del agua, desnutrición, desplazamientos forzados, entre otros). Este contexto requiere de manera urgente mejorar la comprensión de los impactos del cambio climático en la salud, fortalecer la investigación-acción-participativa para avanzar en la adaptación, la mitigación, la justicia social y ambiental. 

Es también fundamental garantizar que los conocimientos y la evidencia incidan en mayor financiamiento para la resolución de las causas y las consecuencias de la crisis climática. A ello obedece la realización del II Congreso Internacional de Investigación en Cambio Climático y Salud y que busca entre sus objetivos realizar aportes para la Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se llevará a cabo en la ciudad amazónica de Belém do Pará en noviembre de 2025.