En las Américas y el Caribe, el panorama de los...
Leer másEn las Américas y el Caribe, el panorama de los desastres es preocupante: se ha establecido que el 53% de las pérdidas económicas globales por desastres se han registrado en esta región. En la última década, sólo en América Latina y el Caribe han registrado pérdidas económicas de $96 billones, de las cuales solo $19 billones estaban aseguradas. Existe entonces una preocupante brecha de protección financiera, además de por un déficit significativo de inversión en la reducción del riesgo de desastres (RRD), ya que hemos establecido que actualmente menos del 1% de la ayuda oficial al desarrollo está explícitamente informada por el riesgo.
La baja frecuencia de ocurrencia de muchos desastres dificulta su percepción por la mayoría de las personas. Por ello, resulta esencial tanto modelar como entender el riesgo de una manera adecuada para facilitar su gestión y reducción en todas las esferas de la sociedad.
Dada la naturaleza aleatoria de la ocurrencia de eventos, como inundaciones, terremotos o huracanes, y sus efectos, es esencial desarrollar modelos que integren estas variabilidades. Para ello, adoptar un enfoque probabilista para evaluar el riesgo de desastres es fundamental, ya que permite establecer las pérdidas probables en términos de su posible impacto y qué tan frecuentemente ocurren. Por ejemplo, un huracán de categoría 5 puede tener un impacto devastador, pero su ocurrencia podría ser poco frecuente en una región. Por el contrario, un fenómeno menos intenso, como una tormenta tropical, podría presentarse con mayor frecuencia, generando pérdidas acumulativas en el tiempo que también deben ser consideradas. Al evaluar estos aspectos, se pueden formular estrategias de planificación, prevención, mitigación y adaptación más efectivas.
Comprender el riesgo de desastre de una manera adecuada e integral permite diseñar mejores programas de seguridad social, no solamente mediante la identificación de las comunidades más vulnerables, sino mediante el entendimiento de las múltiples formas en las que pueden llegar a verse afectadas. Aunque muchas de las evaluaciones se enfocan en determinar las pérdidas en activos e infraestructura, hay que tener presente que detrás de éstas siempre habrá sufrimiento humano. En ese sentido, contar con mejores datos, herramientas y metodologías para evaluar el riesgo de desastres, permitirá mejorar la protección social de las comunidades más vulnerables y así fortalecer su resiliencia ante desastres de diferente índole.
Mario Salgado Gálvez
Oficial de Gestión de Programas en la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres
En las Américas y el Caribe, el panorama de los...
Leer másLas principales cuestiones elementales que surgen sobre la financiación de...
Leer másLa migración hacia otros países, ha sido un fenómeno constante en el mundo. Los factores...
Leer más