América Latina (AL) enfrenta el desafío de cerrar las brechas estructurales que limitan su competitividad global, en este caso con la digitalización que se presenta como una de las herramientas con más capacidad de transformación para las economías de la región y asegurar así su sostenibilidad en el futuro.
Un análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que los países emergentes, como los de América Latina y el Caribe, enfrentan barreras para acceder a inversiones tecnológicas de largo plazo.
Las condiciones de alta volatilidad política, institucional y económica en la región obligan a las empresas a adoptar estrategias de corto plazo, priorizando la estabilidad operativa inmediata sobre la innovación. Esto se traduce en una preferencia por inversiones intensivas en capital de trabajo, relegando las apuestas por proyectos tecnológicos y de desarrollo que requieren financiamiento sostenido con el tiempo.
En su informe “Tendencias de las empresas latinoamericanas en 2025: La digitalización en el ámbito empresarial”, el especialista en transformación digital Hernán Rodríguez subraya que la región está en una encrucijada ya que debe adoptar la digitalización como motor de cambio o enfrentar el riesgo de quedar rezagada frente a otras regiones emergentes.
En el mismo destaca que entre 2013 y 2017, AL registró un crecimiento económico promedio del 0.2% anual y una caída de productividad del -0.48%. Mientras que economías como Corea del Sur, India y Rusia lograron avances en estos indicadores. Sin embargo, Rodríguez explica que el ecosistema digital latinoamericano crece a una tasa anual del 6.83%, lo que demuestra potencial para avanzar.
La digitalización no solo impulsa el crecimiento económico, sino que transforma las interacciones sociales y empresariales, optimizando recursos, reduciendo costos y abriendo nuevas oportunidades de negocio. Entre las áreas de inversión más prometedoras para AL se encuentran la ciberseguridad, las plataformas de Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA).
Estas tecnologías prometen mejorar la eficiencia operativa, la experiencia del cliente y la productividad en general. Estas inversiones no solo posicionarán a las empresas para competir en el futuro digital, sino que también impulsarán la economía, ya que la implementación de plataformas de computación en la nube y el desarrollo de soluciones multicloud están facilitando la integración de las operaciones empresariales.
Según cifras del Boston Consulting Group (BCG), para el 2025 el 35% de la inversión tecnológica en AL se destinará a tecnologías en la nube, con un mercado que crecerá un 30%, alcanzando los US$30,000 millones.
Por esta razón, la modernización de las infraestructuras digitales, como redes avanzadas de telecomunicaciones e IoT, serán fundamentales para impulsar el desarrollo regional.
De acuerdo con Statista el número de estos dispositivos en todo el mundo se duplicará, pasando de 15,900 millones en 2023 a más de 32,100 millones en 2030. A la vez, el estudio destaca que los dispositivos IoT conectados en AL superaran los 0.4 billones de 2017 a ser de 1.1 billones en 2025.
A nivel global, IDC proyecta que las conexiones IoT crecerán a una tasa anual compuesta (CAGR) del 17%, alcanzando 25,000 millones en 2025. Mientras que Markets and Markets estima que el mercado mundial de IoT crecerá de US$64.800 millones en 2024 a US$153,200 millones en 2029 con un CAGR del 18.8%. Por otro lado, Statista, prevé que el mercado crezca a US$1,560,000 millones con una CAGR de 10.17% entre 2025 y 2029.
Impacto
Un incremento del 1% en el índice de digitalización puede generar un aumento del 0.32% en el producto interno bruto (PIB). Si América Latina alcanza los niveles de digitalización de los países de la OCDE para 2030, su crecimiento económico anual superaría el 3%, con un aumento de la productividad multifactorial de 0.48 puntos.
El Índice CAF de Desarrollo del Ecosistema Digital (IDED) ubica a América Latina con un puntaje promedio de 45.47 sobre 100, una calificación por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que es de 69.94.
La tecnología informática
La digitalización representa una oportunidad para que América Latina supere sus barreras estructurales y compita en igualdad de condiciones con otras regiones. Sin embargo, esto requiere un enfoque que combine la adopción de tecnologías con una visión orientada al desarrollo económico y social.
Iniciativas de cooperación regional serán esenciales para maximizar los beneficios de la digitalización. La alineación de políticas, el intercambio de buenas prácticas y la creación de plataformas tecnológicas comunes podrían acelerar este proceso.
Según IDC, para 2025, el 40% de las principales 5,000 empresas de la región contarán con equipos dedicados a la sostenibilidad, lo que destaca la importancia de integrar la digitalización con una agenda de desarrollo sostenible.