El sistema de salud pública en Costa Rica enfrenta importantes desafíos que es importante atender con urgencia pero con un enfoque de sostenibilidad.
Según el último Informe Estado de la Nación, durante el 2023 se registró un deterioro significativo en la inversión en salud, con una contracción del 1.4% por habitante.
Esta reducción afectó de manera similar a los distintos niveles de atención, con una caída más pronunciada del 7% en los programas de nutrición Cen-Cinai.
El análisis revela, además, amplias disparidades territoriales en la asignación de recursos y acceso a servicios de salud en las 105 áreas de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Respecto a los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebais), el país cuenta con 1.148 equipos, pero muchos atienden a una población que supera el parámetro adecuado definido por la CCSS de 4.000 personas por equipo. Se estima un déficit de aproximadamente 189 Ebais para cumplir con ese estándar.
Las listas de espera en los servicios de la CCSS representan un problema persistente y complejo que afecta el derecho fundamental de los ciudadanos a recibir atención médica oportuna.
Los tiempos de espera para acceder a servicios sanitarios públicos pueden variar desde meses hasta años, dependiendo del tipo de atención requerida.
Esta situación pone en jaque una de las conquistas sociales más importantes del país y ha sido objeto de preocupación tanto para los pacientes como para las autoridades de salud.
El otro gran tema es la crisis de los médicos especialistas que representa un desafío significativo para el país.
A raíz de la situación provocada por la aplicación del salario global, al 15 de enero anterior un total de 131 médicos especialistas habían presentado su renuncia a la CCSS. De estas, 108 renuncias son efectivas, ya que 23 profesionales revocaron su decisión.
Las especialidades más afectadas por las renuncias son radiología e imágenes médicas, anestesiología y recuperación, y ginecobstetricia. Esta situación incide agravando listas de espera y la atención oportuna.
Unos de los temas que es necesario revisar es la normativa que dificulta a médicos costarricenses formados en el extranjero para que puedan ejercer en Costa Rica.
Asimismo, a pesar de que el sector privado de salud está preparado para asistir a la CCSS, existen obstáculos que impiden una colaboración efectiva.
Los servicios privados de salud podrían ayudar a descongestionar el sistema público, pero por diversas razones que en muchas ocasiones son solamente ideológicas y de defensa de intereses particulares, esta colaboración no se ha materializado.
La falta de integración entre los sectores público y privado resulta en oportunidades perdidas para reducir las listas de espera y mejorar la atención al paciente.
Es importante superar las razones que impiden una mayor colaboración entre estos sectores pues sin duda el más beneficiado será el usuario que hoy en día sufre, en muchos caso, los efectos de un servicio deficiente y tardío.
EDITORIAL| Los desafíos que enfrenta el modelo de salud pública en Costa Rica