La nueva realidad laboral de los Rapitenderos

Getting your Trinity Audio player ready...

Rappi, fundada por Simón Borrero, Sebastián Mejía y Felipe Villamarín en 2015, opera en 400 ciudades en nueve países de Latinoamérica, con más 100 millones de descargas, más de 350.000 repartidores y 500.000 comercios vinculados, según lo señala Forbes Colombia (septiembre 16, 2024). Esa misma publicación, citando a Borrero, señala que en América Latina pagan a los repartidores “por hora el equivalente a dos salarios mínimos” (...) “Estamos orgullosos de llevar esos ingresos importantes a tantas familias”.

En Colombia, país donde se fundó este unicornio (nombre que se da a las startups cuyas valoraciones de mercado superan los 1.000 millones de US), las protestas de algunos de estos repartidores, y su presencia masiva, especialmente en las calles bogotanas, llamó la atención para que empezara a pensarse en su formalización laboral.

Por esto, hace 5 años planteamos en un artículo de prensa una alternativa para su formalización laboral (Los ‘rappitenderos’, un conflicto que va más allá del Mintrabajo, El Tiempo, 14 de julio 2019, Rafael Pardo – Mario Fidel Rodríguez Narváez), en el que diseñamos una fórmula que reconocía las tres partes de una relación de trabajo mediada por la tecnología: el usuario de la aplicación, la empresa dueña de la aplicación y el repartidor, y, a cada una, se le asignaba una responsabilidad en materia de los aportes a la seguridad social, logrando un modelo equitativo y la formalización.

Esta idea innovaba la legislación laboral, más allá de las relaciones tradicionales con la intención de acompasarse a los nuevos modelos de trabajo, que luego se podría extender a otros trabajos distintos a las de repartidores.

Esta semana se aprobó en Cámara los artículos que regulan el trabajo de los repartidores. A diferencia de la propuesta planteada lo aprobado solo considera a la empresa dueña de la aplicación y al repartidor (excluye a los usuarios de la APP), y definió que éstos podían ser vinculados como trabajadores dependientes o independientes. Nada nuevo, pero sí un avance frente al primer proyecto presentado por el MinTrabajo que solo admitía que fueran dependientes, ese sí era un retroceso con visos de inconstitucionalidad (tal como lo afirmó Héctor Riveros en columna de marzo en la Silla Vacía) y que no tenía la más mínima idea de lo que es el avance de la tecnología y su aporte a la sociedad.

Lo que resulta novedoso del nuevo modelo para repartidores es que, si el repartidor opta por la modalidad de independiente, una parte del aporte a la seguridad social la tiene que cubrir la empresa dueña de la APP (60% del total de la cotización, el otro 40% a cargo del repartidor). Esto, aunque muy interesante, se enfrenta al concepto general de la asunción de los riesgos en esta materia. Recuérdese, una de las características principales del trabajo independiente es que los riesgos, entre ellos los de la seguridad social, son exclusivamente a cargo del trabajador, de ahí que se llame independiente. Si se pisa un centímetro más allá, estamos en el terreno de la dependencia.

Sin embargo, el modelo inédito será positivo para la formalización laboral, máxime cuando parece ser producto de un consenso entre los actores (como se entiende de la entrevista a José Daniel López, representante representante de Alianza In, gremio de las aplicaciones de domicilios, El Tiempo 2 de octubre de 2024), dicha que durará hasta que las demandas de todos los repartidores, que, sin temor a equivocarme, se catalogarán como independientes y empiecen a buscar que por vía judicial el reconocimiento de un contrato, carga grande para la sostenibilidad de la APP por el costo prestacional que ello implica. Habría sido mejor si la ley propone una regla que prevenga ese foco de litigio a futuro.

Finalmente, la reforma laboral reguló solo una de las problemáticas del trabajo a través de aplicaciones, me estoy preguntando, ¿cuál fue la razón para no tener en cuenta a los demás trabajadores como los del servicio de transporte público puerta a puerta como Uber?, ¿Qué pasa con los miles de programadores que están contratándose por empresas extranjeras sin ni siquiera enterarnos de ello?, ¿sabemos si están formalizados?

https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/rafael-pardo-la-nueva-realidad-laboral-de-los-rapitenderos-NA25611936

Últimas Noticias

Ir al contenido