La Caja de Seguro Social y los riesgos del trabajo

El espíritu de la ley se enfocaba en garantizar un servicio médico, que fuese igual o mejor que lo ofertado en ese momento, por los seguros privados

La Caja de Seguro Social (CSS), se ha enfrentado a un reto para alcanzar los objetivos de la salud en el trabajo, contenidos en la definición de salud ocupacional, lo cual, ha sido el fundamento para transformar el concepto del seguro del trabajo privado, existente antes de 1970, hacia el seguro del trabajo institucional, cambio realizado cuando se genera la legislación sobre los riesgos profesionales en Panamá, mediante el Decreto de Gabinete #68 de 31 de marzo de 1970. “Por el cual se centraliza en la Caja del Seguro Social la cobertura obligatoria de los riesgos profesionales para todos los trabajadores del estado y de las empresas particulares que operan en la República”.

Es importante mencionar que el espíritu de la ley se enfocaba en garantizar un servicio médico, que fuese igual o mejor que lo ofertado en ese momento, por los seguros privados.  Lastimosamente, en ese devenir de los riesgos profesionales se improvisaron muchas acciones, algunas bien intencionadas, pero, sin un contenido médico preventivo.

De allí surgen los servicios de riesgos profesionales, clínicas asistenciales, que generaban al médico otro ingreso adicional al salario, sin que esto significase que se estaba enfrentando técnicamente, la situación crítica de los riesgos del trabajo.  En dicha época, desgraciadamente, los trabajadores agrícolas, a excepción de las empresas bananeras, ninguno recibía atención por la seguridad social y mucho menos protección por riesgos del trabajo.

Lo que ha quedado en el tintero es el hecho que, la ley vigente de riesgos del trabajo deja claro que la CSS, debe  hacer lo pertinente, incluso por medios privados, para garantizar al trabajador accidentado o enfermo por causa de su trabajo, la disponibilidad oportuna de exámenes, procedimientos y tratamientos, que coadyuven a la recuperación y pronta reinserción en su actividad laboral, sin embargo, a medida que ha ido transcurriendo el tiempo, cada vez menos,  se toman medidas para  llegar a conclusiones diagnósticas, que permitan tomar una decisión sobre el paciente.  Es más, se mantienen pacientes incapacitados por largo tiempo, a la espera de una solución que se ve retrasada por un examen especializado, o por un procedimiento médico quirúrgico, lo cual, impacta significativamente a la CSS, ya que estos pacientes se mantienen incapacitados recibiendo un porcentaje de su salario, por procedimientos que, en ocasiones, pueden costar solamente 300 balboas, requisito “sine qua non” para llegar a conclusiones diagnósticas.

Se nos queda de lado el tema que, las incapacidades, que, si bien es cierto, se le pagan al paciente por largos períodos, también es real que, este pago, a veces, ha tenido un retraso de varios meses, lo cual, ha ocasionado que trabajadores pierdan la posibilidad de cancelar sus compromisos financieros.

Lo más triste, es que, cuanto mas pasa el tiempo, más difícil es la recuperación del paciente y la pronta reinserción laboral.

Estamos seguros de que la nueva administración dará la importancia a estos elementos, toda vez que, la CSS existe por los trabajadores y mantener los trabajadores productivos debe ser el objetivo de la medicina del trabajo.

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